La Terapia Gestáltica es considerada como un enfoque humanista, pero es algo más, ya que busca la toma de conciencia que implica lo transpersonal o espiritual. Se ha acusado a la psicoterapia Gestalt de fomentar el egoísmo centrando al paciente en sí mismo, pero ¿se puede aspirar a ser mejor persona sin conocerse a uno mismo? Es dramático que tantos hombres y mujeres que busca el camino de la perfección, de ser mejores a los ojos de Dios, se vuelvan intransigentes, juzgadores, en lugar de superarse en amor a los demás, en caridad. En "El diablo propone un brindis" C.S. Lewis pone en boca del viejo demonio Screwtape las siguientes palabras al referirse a los fariseos: "Será un mal día para nosotros, amigos míos, si lo que la mayoría de los humanos entiende por religión llegara a desaparecer alguna vez de la tierra...en ningún lugar tentamos con tanto éxito como en los mismos peldaños del altar."
“La terapia gestáltica enfatiza la conciencia de uno mismo y del mundo, nos ayuda a descubrir nuestro auténtico sentir y nos permite organizar nuestra vida partiendo de la experiencia propia, sin tener que perder nuestra energía luchando eternamente con nosotros mismos, es decir divididos. La terapia sistémica contempla al paciente en su contexto familiar y cómo este ha influido en la construcción de su identidad.
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