La terapia es un camino de crecimiento

La terapia es un camino de crecimiento.

La primera etapa es la de la partida del viaje: el paciente decide acudir en demanda de ayuda para superar una crisis o enfermedad de algún tipo.

En terapia se cruza un umbral que consiste en una decisión voluntaria y consciente de querer mirar hacia dentro y entregarse a la búsqueda de otra manera de ser. A lo largo del camino el paciente descubre introyectos, recoge proyecciones e integra polaridades.

Al final del camino le espera el redescubrimiento de sí mismo pues las fuerzas buscadas y ganadas han estado siempre dentro de su corazón.

martes, 8 de mayo de 2012

Algunos aspectos de la terapia

Frente a otro tipo de enfoques, la Gestalt se vincula a esa línea terapéutica que busca las direcciones positivas y las metas en la vida, utilizando directamente técnicas destinadas a alcanzarlas, basándose en  valores como la espontaneidad, la conciencia sensorial, el contacto, etc, de forma que se ponga en evidencia la forma en que el paciente se frena a sí mismo, se bloquea, se frustra. Los bloqueos en su toma de conciencia y en la conducta se manifiestan del mismo modo que en la vida del sujeto. Cuando adquiere conciencia de lo que evita amplía su experiencia y se  incrementa su capacidad de vivir. 
            Ruth Cohn afirma que, según la teoría psicoanalítica, una persona está necesitada de ayuda cuando es incapaz de percibir y tomar decisiones en forma realista. Sus fijaciones le inducen a error. Las causas son aptitudes no desarrolladas, percepciones infantiles equivocadas o identificados con adultos neuróticos. El neurótico cree que tiene una percepción realista del mundo hasta que su ilusión le lleva a repetir grandes y repetidos fracasos. Pero el deseo inconsciente de aferrarse a sus primitivas defensas que le han protegido de sus temores crea resistencias. Los niños se rodean de una pseudoseguridad en su mundo imaginario (con fantasías como poseer poderes mágicos) y de mayores crean transferencias futuras a cada recién llegado. El paciente sólo renunciará a la omnipotencia como mecanismo de defensa cuando experimente su potencia real al descubrir e integrar su propias fuerzas liberadas. Ha de aprender a aceptar la inseguridad realista intrínseca al ser humano.