Fue
extraordinaria la experiencia que se vivió en la Jornada del 24 de Febrero en el Hospital
Gregorio Marañón, "Diálogo Abierto,
Mente Relacional", a cargo de Jaakko Seikkula. Ciento cincuenta personas, psicólogos, psiquiatras y otros profesionales
de la salud mental, además de familiares y
usuarios se reunieron en el
Gregorio Marañón para escuchar al psicólogo finlandés.
El
modelo Open Dialogue se ha implantado en Laponia occidental, con resultados
espectaculares: están consiguiendo unas
tasas de recuperación tras un primer episodio psicótico cercanas al 80%. La
mayoría de ellos sin necesidad de
medicación.
Diálogo
Abierto se basa en la Terapia de Sistemas con un enfoque Relacional basado en
el Diálogo, es decir, se pone el foco más en lo relacional, en lo interpersonal
y no tanto en lo cerebral o biológico.
Seikkula
plantea tres hipótesis para la compresión de la psicosis.
-Primero, que no
existe la psicosis como categoría.
-Segundo, que los
síntomas psicóticos no son síntomas de una enfermedad sino una estrategia de
nuestra mente incorporada para sobrevivir ante experiencias extrañas o
estresantes.
-Tercero, que la
cronicidad en la conducta psicótica es más bien el resultado de un tratamiento
inadecuado en dos aspectos: el tratamiento empieza demasiado tarde y la
inadecuada comprensión del problema conduce a una respuesta errónea. Para este
enfoque, la esquizofrenia no es una enfermedad en sí sino un fracaso del
tratamiento.
La forma de plantear el tratamiento es fundamental:
máximo de 24 horas desde la llamada demandando ayuda para que se lleve a cabo
la primera reunión del equipo con el paciente y su familia. Nada se habla
acerca del paciente antes o después de las reuniones, siempre se habla del
paciente con él delante. En esa primera reunión se decide sobre la marcha si se
ingresa al paciente o si van a
realizarse las visitas del equipo
al domicilio familiar.
Sí,
es el equipo de salud mental el que se traslada al domicilio de la familia
durante todo el proceso, que puede durar 2, 3 años en caso del primer brote,
asumiendo la responsabilidad de todo el proceso las mismas personas a lo largo del tiempo, lo
que permite dar continuidad a las
intervenciones.
La no prescripción de neurolépticos evita los
desagradables efectos secundarios y el paciente puede aprender recursos
psicológicos para hacer frente a sus dificultades. Existe cada vez más
evidencia que muestra que los neurolépticos utilizados de manera sistemática
como primera opción de tratamiento, y mantenidos de manera indefinida en el
tiempo, pueden terminar generando muchos problemas.
Seikkula
habló de la imposibilidad de establecer una relación de ayuda auténtica y
eficaz sin ajustarse a la individualidad y subjetividad de cada persona, lo que
hace muy difícil encajar eso dentro de un protocolo como se hace en el resto de
modelos de intervención. Y la importancia que tiene escuchar al paciente relatar
sus experiencias de confusión. En los modelos tradicionales no se presta
atención a "esas locuras"; en Open Dialogue, cuando el paciente
cuenta lo que le pasa el terapeuta para a todo el equipo y pregunta con interés
"me gustaría que me ayudaras a entender qué te estaba pasando". Y el
paciente, que se siente escuchado, no juzgado, conecta y se abre a la
comunicación.
La
perspectiva de red social también cambia el foco. Cada vez está más demostrado
el potencial terapéutico de los vínculos, del trato que la persona recibe, de
la autenticidad de la relación terapéutica, de fomentar el diálogo polifónico y
constructivo para no caer en el “monólogo abierto” y la colonización de mentes.
Escuchar y comprender realmente lo que el otro quiere decir, dar una respuesta
que refleje esa comprensión, comunicar de una manera clara y diferenciada el
propio mensaje, facilitar que no haya ninguna voz que se quede silenciada.
Impresionaba escuchar a Seikkula, su comprensión y
respeto por el paciente. Como en las obras de
Dostoyevsky, no hay una única perspectiva, una verdad, sino que hay
tantas verdades como personajes que dialogan. De la misma forma, en Open
Dialogue no hay un solo punto de vista sobre el paciente, hay muchos, y todos
correctos. Es imposible controlar, lo único que podemos es hacer es mantener un
diálogo abierto; es el equipo el que tiene que cambiar continuamente para
establecer la vida mediante el diálogo. Cuando somos capaces de dialogar,
incrementamos nuestros recursos. No intentar cambiar al paciente para que
gestione bien sus cosas, no intento ser
el que sabe, sino que trato de respetar al otro sin ningún tipo de condición.
Fue
emocionante la participación de pacientes psicóticos y sus familias que ven con
esperanza este modelo. Y sentí como un escalofrío que recorría la sala
cuando el ponente afirmó que todos los estudios que muestran el deterioro
cerebral de los esquizofrénicos están hechos sobre sujetos que lleven tiempo
tomando medicación, y que es esa medicación, no la enfermedad, la causante del
deterioro estudiado.
Hablando
con unos y otros en los descansos descubrí cómo están emergiendo Grupos de Apoyo Mutuo, los GAM, que reúnen personas que han tenido o
tienen episodios de sufrimiento que verbalizan en común, lo colectivizan y dejan
de vivirlo en privado como si fuera un problema individual: " En los grupos
compartimos experiencias de sufrimiento, de aislamiento, soledad,
incomprensión, experiencias como la escucha de voces, los momentos depresivos o
de euforia, adicciones… y las afrontamos, primero, dándonos un espacio para
verbalizarlas y sentir el apoyo de nuestros compañeros, y luego, dándonos
herramientas que a algunos nos sirvieron en su día. Ya solo verbalizar el
sufrimiento ayuda, colectivizarlo, no vivirlo en privado como si fuera un
problema solo nuestro."
El GAM de Madrid se llama Flypas.GAM. Prefieren denominarse a sí mismos, sin eufemismos
"locos". Están preparando, como ya está ocurriendo en otros países,
el Día del Orgullo Loco. Organizan congresos de "Escuchadores de
voces" y convocatorias que reúnen
profesionales y pacientes como la
"Revolución Delirante".
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