Adquirir habilidades de autocompasión es esencial para el manejo de las emociones. Cuando nos embargan las emociones desagradables necesitamos que se apacigüe el toro que llevamos dentro y que se nos conforte para poder estar de nuevo atentos, pero para ello necesitamos compasión; ésta se desarrolla o incrementa con la práctica. Tres habilidades o procesos mentales de la meditación Mindfulness son: conciencia focalizada en un solo punto (concentración), conciencia de campo abierto (mindfulness) y bondad amorosa y compasión. Al ser la mente un lugar difícil para vivir, y más cuando hemos crecido, ya que en estado de reposo la mente busca automáticamente problemas en el pasado (remordimientos) y anticipa problemas en el futuro (ansiedad), las tres habilidades descritas nos ayudan a vivir más pacíficamente, focalizando la tención, mi5rando lo que aparece y dándonos cariño.
Si la compasión significa "sufrir con otra persona", empatía en respuesta al dolor, y tiene dos elementos clave: el emocionarse con el sufrimiento y el deseo de aliviarlo, la autocompasión es darnos a nosotros mismos cuando sufrimos el mismo cuidado que damos a los demás cuando tenemos compasión, y no teniendo respuestas, hacia nosotros mismos de autocrítica aislamiento y ensimismamiento (cavilación).
"Cuando me siento triste trato de acercarme a mis sentimientos con aceptación y apertura". El principal obstáculo es el creerse autoindulgente pero la investigación ha demostrado que las personas con autocompasión tienen mayor probabilidad de aprender de los errores y volver a comprometerse con sus metas. Como dice C Rogers "la curiosa paradoja de la vida es que cuendo me acepto como soy, entonces puedo cambiar".
Reseña de Agustín Moñivas Lázaro en Papeles del Psicólogo sobre " Aprender a practicar Mindfulness" de Vicente Simón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario